¿Cómo educar niños fuertes?
Educando en familia
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¿Cómo educar niños fuertes?

La educación de un niño es una tarea gratificante porque es la manera en la que se le puede ayudar a crecer feliz mientras aprende valores, desarrolla sus talentos y adquiere fortaleza física y mental.

 

Con respecto a la fortaleza mental, es importante que le ayudes a tu pequeño a forjar su carácter y adquirir el temple necesario para resolver situaciones de su vida presente y futura.

 

Justo ahora es un buen momento para ello porque tu hijo está en el periodo sensitivo en el que puede aprender cosas de manera más rápida y natural; es decir, mediante la observación y la repetición.

 

En ese sentido, José Antonio Alcázar, Licenciado en Ciencias de la Educación, te comparte algunas estrategias mediante las cuales puedes brindarle a tu pequeño las herramientas necesarias para crecer fuerte en el aspecto anímico.

Proyecta su educación

Reflexiona sobre lo que quieres para tu hijo en este periodo escolar, bajo el contexto social actual y las circunstancias particulares de tu familias.

 

Lo que hay es el ahora, así que piensa cómo puede tu hijo aprovechar lo que tiene a su disposición; la idea es que pueda desarrollar talentos, adquirir habilidades y combatir defectos.

 

Acércate a las maestras, tutores y preceptores de tu pequeño y juntos elaboren un plan de mejora sobre aspectos específicos; pueden dividirlo en semanas o meses y así tener enfoques, metas y resultados más claros.

Fórmale día a día

A este aspecto abona cada acto de amor mediante el cual convives con tu hijo y le enseñas a interactuar con el mundo y disfrutar responsablemente de él.

 

Para acercarte a tu pequeño lo más fácil y directo que puedes hacer es jugar con él. Permítanse correr, gritar, bailar y reír juntos. Eso generará entre ustedes lazos de confianza y afecto que perdurarán por siempre.

 

Asimismo, trata de no comparar a tu hijo con otros niños porque cada uno tiene un proceso distinto de crecimiento; centra tu atención en lo que tu pequeño necesita y, especialmente, en sus virtudes, a fin de que lo motives a potenciarlas.

 

Establece horarios para las actividades cotidianas de tu pequeño, de modo que poco a poco adquiera una estructura, siga normas y entienda que cumplir con responsabilidades trae beneficios personales y colectivos.

 

Para lograr lo anterior hay diversas estrategias, sin embargo la más genuina es por medio de los juegos, ya que tu pequeño aprende mejor cuando se divierte. Por ejemplo, simulen que son dueños de un restaurante y tienen que cocinar en tiempo y forma para los comensales, y si lo consiguen podrán obtener el dinero suficiente para ir de vacaciones.

Déjale crecer

Siempre cuida a tu hijo, pero no lo sobreprotejas. Déjalo cometer sus propios errores mientras explora el mundo y se reconoce. Háblale de manera directa, abierta y respetuosa para que entienda por qué sí puede o no realizar una determinada actividad.

 

Es posible prestarle atención y además confiar en él para que en algunos momentos esté solo y realice cosas acordes a su edad. También hay escenarios en los que únicamente necesita una supervisión, mas no que estés encima suyo y diciéndole cómo actuar a cada momento.

 

Si bien es importante que lo auxilies cuando necesite algo, establece ciertos límites para que no le ahorres trabajo que sí puede hacer y con el cual aprenderá algo significativo o fomentará un hábito. Sigue esta regla de oro: lo que pueda hacer solo no se lo resuelvas tú.

Dale un respaldo amoroso

Reconoce las cosas que tu hijo hace bien. Para ello puedes felicitarlo, darle abrazos y besos, e incluso comprarle algún regalo. Nadie mejor que tú sabe cuánto empeño pone tu pequeño en cada actividad que realiza, por eso no olvides mostrar tu satisfacción ante cada paso que él da.

 

Aunado a lo anterior, tienes que animar a tu pequeño para que se atreva a incursionar en una nueva actividad, a probar un nuevo sabor, a usar otro color, a cantar una canción distinta. Su libertad necesita de tu autoridad.

 

Recuerda que tú eres responsable de exigirle a tu hijo que no se rinda ante las adversidades. Exígele siempre, mas exígele con amor. Eso le permitirá educar su voluntad a través del ejercicio lúdico de las virtudes del empeño, el esfuerzo y el trabajo; por ejemplo, mediante un juego en el que experimente tanto la victoria como la derrota.

 

Acerca de la obediencia, es un factor clave para que tu pequeño aprenda a respetar autoridades y jerarquías. Por lo tanto, debes ser firme y corregirle cuando sea prudente. Este proceso va encaminado a pulir la excelencia personal de tu pequeño para que al crecer sea una persona dichosa y plena que forme parte de una comunidad exitosa.

 

Cada actividad que tu hijo realice es una nueva oportunidad de fortalecer su mente y su espíritu mediante el reconocimiento y dominio de sus emociones.

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Fuentes

Colegio Álamos. “Educar hijos fuertes”. YouTube. 14 de enero de 2021. Retomado de: https://www.youtube.com/watch?v=rJJ-vdMBa9g

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