El modelo tradicional de los colegios sólo mantenía interacción con la familia de los pequeños para advertir sobre algún mal comportamiento, afortunadamente las cosas han cambiado.
Se consideraba que el grupo de profesoras y profesores tenían el conocimiento absoluto sobre los niños, y las familias eran únicamente espectadoras de la educación que les proporcionaban. Claro, si es que por educación entendemos únicamente llenar de contenidos a los alumnos sin prestar atención a otras áreas importantes del desarrollo de los pequeños.
Imagina que al llevar a tu hijo a un Kínder privado solamente le pidieran llenar las hojas de su libreta con dibujos y recortes sin prestar atención a su estado de ánimo o a la forma particular que tiene al aprender.
Cuando esto sucede hay niños y niñas dentro del grupo que no desarrollan todo su potencial y los papis terminan creyendo que algo anda mal con el desarrollo de sus hijos.
Esto se debe a que sus profesoras no tuvieron el amor y dedicación para observarlos atentamente y conocerlos a profundidad para encontrar sus fortalezas y ayudarles a trabajar las áreas de oportunidad.
Afortunadamente, esto ha cambiado, y hoy puedes encontrar Kínders donde no sólo se le enseña a tu pequeño temas académicos, sino también le brindan un seguimiento personalizado donde te involucran activamente y te reconocen como aspecto fundamental de su desarrollo.
Urie Bronfenbrenner, psicólogo contemporáneo estadounidense, explica que tu hijo no puede desarrollarse por sí mismo, necesita la participación de todos aquellos sistemas a los que pertenece. En este caso, al ser tan pequeño los círculos en los que se involucra son la familia, el colegio y la iglesia.
Además influye la forma en que estos elementos interactúan unos con otros, pues entre más fuerte y cercana es la relación entre ellos, mayor apoyo puedes dar a tu hijo.
Por esta razón, la interacción entre hogar y escuela es de suma importancia para el crecimiento de los más pequeños del hogar y para ayudarlos a apoderarse de su papel dentro de los ambientes donde se desenvuelven.
Otro aspecto positivo de esta relación cercana es que permite al colegio entender a tu familia, cuáles son sus metas como familia, cuál es el proyecto educativo y personal que quieren para sus hijos, y sobre eso trabajar.
En Kidú somos un kínder privado que busca y fomenta la relación estrecha entre familias y colegio por medio de preceptorías a lo largo del ciclo escolar. De esta forma podemos enseñar y querer a tu hijo de una forma especial, siempre entendiendo que cada pequeñito es diferente y que cada uno de ellos tienen necesidades diferentes.
